lunes, 14 de diciembre de 2009

Dificultad para tomar un castillo

Un castillo tenía para defenderse lo siguiente:
El Foso: Un foso se construyó alrededor de muchos de los castillos. Este fue un profundo foso que rodea las paredes del castillo, lleno de agua. Se construyó un puente para cruzar el foso. El puente fue planteado durante un ataque. El foso estaba cargado de trampas y de agudas espinas en caso de que alguien trató de cruzar a nado.

El puente levadizo: El puente fue el puente construido sobre el foso. Este puente puede subirse y bajarse para mayor protección contra intrusos.

El Mantenga: Uno de los mayores espacios detrás de los gruesos muros fue el mantener. La torre era un área de almacenamiento coronado por una torre cuadrada con ventanas grandes con ranuras para los arqueros del castillo de usar. El mantener los alimentos almacenados, vino y cereales en caso de asedio.

El Cuartel: Otros edificios formado por los cuarteles. el cuartel fueron las casas de los caballeros y sus familias.

El Gran Salón: El Gran Salón fue un pasillo que conectaba la casa del Señor a la torre del homenaje.

La Capilla: La capilla fue construido ya sea dentro de la casa del Señor, o como un edificio separado. La capilla fue un lugar para celebrar los servicios religiosos.

The Gatehouse: La puerta de entrada fue un edificio utilizado por los guardias de las puertas. El rastrillo es la reja de barrotes de hierro en la puerta de enlace

Se podían usar armas como estás:
Lanzapiedras
En tiempos de paz, los comandantes de castillo utilizado catapultas para lanzar rosas a las señoras durante los torneos. Sin embargo, durante el asedio, estos lanzadores de misiles eran una de las armas más temibles de la época medieval.

Fundíbulos primeros fueron impulsados por el músculo, pero las versiones posteriores se basó en un contrapeso enorme que abrió un largo brazo. Cuando se lanzó el contrapeso, el dispositivo puesto en marcha un misil desde un cabestrillo en el extremo del brazo.

Fundíbulos podría lanzar misiles a cientos de metros en las grandes, arcos o incluso lanzando a lo largo de un muro del castillo. Las mejores catapultas dispararon misiles de piedra de hasta 400 libras-lo suficientemente grande para causar un daño grave a una pared de castillo. Los atacantes también se utiliza para lanzar estiércol o animales muertos en el castillo con la intención de propagación de la enfermedad. A veces, incluso salió disparado las cabezas de los soldados enemigos o incluso mensajeros que entregan las condiciones de paz satisfactorio.

Si un lanzapiedras se creó también cerca de un castillo, arqueros hostigar a sus constructores con flechas tiro de arco o pernos de ballestas. Defensores del castillo también tratan de destruir catapultas aumento con catapultas disparo desde la pared del castillo o con ataques furtivos a quemarla.

Ariete
Ejércitos Siege utiliza un ariete para romper una puerta de puerta de entrada o incluso destruir una pared de castillo. Para protegerse de los ataques, se construyó un almacén cubierto, en el que colgaba un grueso tronco de un árbol en las cadenas suspendidas de una viga de arriba. Carpinteros en el tronco cónico en una punta roma y tapada con hierro. El movimiento de avance lento como el ariete en silla de ruedas hacia la pared del castillo ganado el apodo de "tortuga". Los soldados abrió el tronco colgando de ida y vuelta, y el extremo anterior del tronco movido dentro y fuera de la nave, como la cabeza de una tortuga, el maltrato a su objetivo.

Los defensores del Castillo intentaron incendiar la nave hacia abajo con flechas encendidas, aunque los atacantes respondió que cubre el techo con pieles de animales o de la tierra para que sea resistente al fuego. Defensores de veces cayó abajo colchones para amortiguar los golpes o bajar luchando planchas de captar el tronco, evitando que se balancee.

Pintura

En la pintura se ve a un rey, sentado en su trono, se ve que cadece de poder, al lado tiene a una especie de secretario, podría decirse, a su derecha tiene a unos ciudadanos y a un "monje" que no les permite ver a su autoridad.

Cruzadas


¿Qué eran las cruzadas?
-Las cruzadas fueron una serie de campañas militares comúnmente hechas a petición del Papado, y que tuvieron lugar entre los siglos XI y XIII, contra los turcos selyúcidas y sarracenos (llamados así los musulmanes) para la reconquista de Tierra Santa.

Básicamente, parece que fueron motivadas por los intereses expansionistas de la nobleza feudal, el control del comercio con Asia y el afán hegemónico del papado sobre las monarquías y las iglesias de Oriente, aunque se declararan con principio y objeto de recuperar Tierra Santa para los peregrinos, de los cuales los turcos selyúcidas, una vez conquistada Jerusalén, abusaban sin piedad.

Posiblemente, las motivaciones de quienes participaban en ellas fueron muy diversas, aunque en muchos casos se puede suponer también un verdadero fervor religioso.

Las Cruzadas fueron expediciones emprendidas en cumplimiento de un solemne voto para liberar los Lugares Santos de la dominación musulmana. El origen de la palabra se remonta a la cruz hecha de tela y usada como insignia en la ropa exterior de los que tomaron parte en esas iniciativas.

1ª Cruzada:
Al Papa Gregorio VII se debe la idea de que los países cristianos se unieran para luchar contra el común enemigo religioso que era el Islam.
El Papa Urbano II (1088-1099) fue quien la puso en práctica. En 1095, la invitación a la lucha contra los turcos arribaría en embajadas francesas e inglesas a las cortes de las naciones europeas medievales más importantes: Francia, Inglaterra, Alemania y Hungría (Hungría no se unirá a las primeras cruzadas por guardar el luto de 3 años del recientemente fallecido rey San Ladislao I de Hungría (1046-1095), quien antes de morir habría aceptado participar en la campaña de Urbano II). El llamamiento formal de Urbano II se sucedió en el penúltimo día del Concilio de Clermont (Francia), jueves 27 de noviembre de 1095, proclamó, al grito de '"Dieu lo volti"'(¡Dios lo quiere!), la denominada primera cruzada (1096-1099).
El paso de los cruzados por el Reino de Hungría
La predicación de Urbano II puso en marcha en primer lugar a multitud de gente humilde, dirigida por el predicador Pedro de Amiens el Ermitaño y algunos caballeros franceses. Este grupo formó la llamada Cruzada popular, de los pobres o Cruzada de Pedro el Ermitaño. De forma desorganizada se dirigieron hacia Oriente, provocando matanzas de judíos a su paso. En marzo de 1096 los ejércitos del rey Colomán de Hungría (sobrino del recientemente fallecido rey San Ladislao I de Hungría) repelirían a los caballeros franceses de Valter Gauthier quienes entraron en territorio húngaro causando numerosos robos y matanzas en las cercanías de la ciudad de Zimony. Posteriormente entraría el ejército de Pedro de Amiens, el cual sería escoltado por las fuerzas húngaras de Colomán. Sin embargo, luego de que los cruzados de Amiens atacásen a los soldados escoltas y matásen a cerca de 4000 húngaros, los ejércitos del rey Colomán fijarían una posición hostil contra los cruzados que atravesaban el reino vía Bizancio.

A pesar del caos surgido, Colomán permitió la entrada a los ejércitos cruzados de Volkmar y Gottschalk, a quienes eventualmente también tuvo que enfrentar y derrotar cerca de Nitra y Zimony, luego de que igual que los otros grupos causasen incalculables estragos y asesinatos. Luego de ésto, los húngaros dentendrían las fuerzas del Conde Emiko cerca de la ciudad de Mosony, y al poco tiempo, el rey húngaro forzaría a Godofredo de Bouillón a firmar un tratado en la Abadía de Pannonhalma, donde los cruzados se comprometían a pasar por el territorio húngaro con un buen comportamiento. Tras ésto, las fuerzas continuarían fuera de territorios húngaro escoltadas por los ejércitos de Colomán y continuarían hacia Constantinopla. A su llegada a Bizancio, el Basileus se apresuró a enviarlos al otro lado del Bósforo. Despreocupadamente se internaron en territorio turco, donde fueron aniquilados fácilmente.

2ª cruzada:
Gracias a la división de los Estados musulmanes, los Estados latinos (o francos, como eran conocidos por los árabes), consiguieron establecerse y sobrevivir. Los dos primeros reyes de Jerusalén, Balduino I y Balduino II fueron gobernantes capaces que extendieron el reino a toda la tierra entre el Mediterráneo y el Jordán, e incluso más allá. Rápidamente se integraron en el cambiante sistema de alianzas locales y así pudieron verse enfrentamientos entre la alianza de un Estado cristiano con uno musulmán contra la alianza de otro Estado cristiano con otro Estado musulmán.

Sin embargo, a medida que el espíritu de cruzada iba decayendo entre los francos, cada vez más cómodos en su nuevo estilo de vida orientalizante, entre los musulmanes iba creciendo el espíritu de jihad o Guerra Santa, principalmente entre la población, movilizada por los predicadores contra sus impíos gobernantes, capaces de tolerar la presencia cristiana en Jerusalén e incluso de aliarse con sus reyes. Este sentimiento fue explotado por una serie de caudillos que consiguieron unificar los distintos Estados musulmanes y lanzarse a la conquista de los reinos cristianos.

El primero de estos fue Zengi, gobernador de Mosul y de Alepo, que en 1144 conquistó Edesa, liquidando el primero de los Estados francos. Como respuesta a esta conquista, que puso de manifiesto la debilidad de los Estados cruzados, el Papa Eugenio III, a través de Bernardo, abad de Claraval (famoso predicador, autor asimismo de la regla de los templarios) predicó en diciembre de 1145 la Segunda Cruzada.

A diferencia de la primera, en esta participaron reyes de la cristiandad, encabezados por Luis VII de Francia (acompañado de su esposa, Leonor de Aquitania) y por el emperador germánico Conrado III. Los desacuerdos entre franceses y alemanes, así como con los bizantinos, fueron constantes en toda la expedición. Cuando ambos reyes llegaron a Tierra Santa (por separado) decidieron que Edesa era un objetivo poco importante y marcharon hacia Jerusalén. Desde allí, para desesperación del rey Balduino III, en lugar de enfrentarse a Nur al-Din (hijo y sucesor de Zengi), eligieron atacar Damasco, estado independiente y aliado del rey de Jerusalén. La expedición fue un fracaso, ya que tras sólo una semana de asedio infructuoso, los ejércitos cruzados se retiraron y volvieron a sus patrias. Con este ataque inútil consiguieron que Damasco cayera en manos de Nur al-Din, que progresivamente iba cercando los Estados francos. Más tarde, el ataque por parte de Balduino II a Egipto iba a provocar la intervención de Nur al-Din en la frontera sur del reino de Jerusalén, preparando el camino para el fin del reino y la convocatoria de la Tercera Cruzada.

3ª cruzada:
Las intromisiones del Reino de Jerusalén en el decadente califato fatimí de Egipto llevaron al sultán Nur al-Din a mandar a su lugarteniente Saladino a hacerse cargo de la situación. No hizo falta mucho tiempo para que Saladino se convirtiera en el amo de Egipto, aunque hasta la muerte de Nur al-Din en 1174 respetó la soberanía de éste. Pero tras su muerte, Saladino se proclamó sultán de Egipto (a pesar de que había un heredero al trono de Nur al-Din, su hijo de sólo 12 años y quien a la postre resultó envenenado) y de Siria, dando comienzo la dinastía ayyubí. Saladino era un hombre sabio y logró la absoluta unión de las facciones musulmanas, así como el control político y militar desde Egipto hasta Siria.

Como Nur al-Din, Saladino era un musulmán devoto y decidido a expulsar a los cruzados de Tierra Santa. El Reino de Jerusalén, regido por el Rey Leproso, Balduino IV de Jerusalén, y rodeado ya por un sólo Estado, se vio obligado a firmar frágiles treguas seguidas por escaramuzas, tratando de retrasar el inevitable final.

Tras la muerte del rey Balduino IV de Jerusalén, el Estado se dividió en distintas facciones, pacifistas o belicosas, y pasó a convertirse en rey, debido al enlace matrimonial que mantenía con la hermana del fallecido patriarca, el general en jefe del ejército unido de Jerusalén: Guy de Lusignan. El mismo apoyaba una política agresiva y de no negociación con los sarracenos y abogaba por su sometimiento y derrota en combate, cosa a la que sus detractores se oponían habida cuenta de la inferioridad numérica que los cristianos tenían ante las tropas de Saladino. La radicalidad religiosa y el apoyo al brazo más radical de la orden de los Templarios en sus ataques a diversas localidades y estructuras sarracenas desembocarían en un enfrentamiento final entre Guy de Lusignan y el propio Saladino. De hecho, se hace culpable a Guy de lusignan de la derrota y pérdida de Jerusalén por su obsesión en enfrentarse al ejército de Saladino y su falta de visión para la protección de la ciudad y de sus habitantes.


Krak de los Caballeros. Esta fortaleza, considerada inexpugnable, controlaba el paso del interior de Siria a la costa y estuvo bajo el mando de los Caballeros Hospitalarios hasta 1271, cuando perdidos los territorios cristianos, se les permitió la salida de sus caballeros a Chipre.Reinaldo de Châtillon era un bandido con título de caballero que no se consideraba atado por las treguas firmadas. Saqueaba las caravanas e incluso armó expediciones de piratas para atacar a los barcos de peregrinos que iban a La Meca, ciudad muy importante para los musulmanes. El ataque definitivo fue contra una caravana en la que iba la hermana de Saladino, que juró matarlo con sus propias manos.

Declarada la guerra, el grueso del ejército cruzado, junto con los Templarios y los Hospitalarios, se enfrentó a las tropas de Saladino en los Cuernos de Hattin el 4 de julio de 1187. Los ejércitos cristianos fueron derrotados, dejando el reino indefenso y perdiendo uno de los fragmentos de la Vera Cruz. Saladino mató con sus propias manos a Reinaldo de Châtillon. Algunos de los caballeros Templarios y Hospitalarios capturados fueron también ejecutados. Saladino procedió a ocupar la mayor parte del reino, salvo las plazas costeras, abastecidas desde el mar, y en octubre del mismo año conquistó Jerusalén. Comparada con la toma de 1099, esta fue casi incruenta, aunque sus habitantes debieron pagar un considerable rescate y algunos fueron esclavizados. El reino de Jerusalén había desaparecido.

La toma de Jerusalén conmocionó a Europa y el papa Gregorio VIII convocó una nueva cruzada en 1189. En esta participaron reyes de los más importantes de la cristiandad: Ricardo Corazón de León (hijo de Enrique II y de Leonor de Aquitania), Felipe II Augusto de Francia y el emperador Federico I Barbarroja (sobrino de Conrado III). Éste último, al mando del grupo más poderoso, siguió la ruta terrestre, en la que sufrió algunas bajas. Cerca de Siria, sin embargo, el emperador murió ahogado mientras se bañaba en el rio Salef (en la actual Turquía) y su ejército ya no continuó hacia Palestina. Barbaroja durante su estadía en el Reino de Hungría le había pedido al príncipe Géza, hermano del rey Béla III de Hungría que se uniése a las fuerzas cruzadas, así, un ejército de 2.000 soldados húngaros partió al lado de los germánicos. Si bien luego de los conflictos bélicos el rey húngaro habría llamado de regreso a sus fuerzas, su hermano menor, Géza, permaneció en Constantinopla y desposó a una noble bizantina, puesto que no tenía buenas relaciones con Béla III.

Los ejércitos inglés y francés llegaron por la ruta marítima. Su primer (y único) éxito fue la toma de Acre el 13 de julio de 1191, tras la cual Ricardo realizó una matanza de varios miles de prisioneros. Esta matanza militarmente le dio oxígeno para seguir hacia el sur a su meta final: Jerusalén, y además le valió el nombre por el que sería reconocido en la historia, Corazón de León.

Felipe II Augusto estaba preocupado por los problemas en su país y molesto por las rivalidades con Ricardo, por lo que regresó a Francia, dejando a Ricardo al mando de la cruzada. Este llegó hasta las proximidades de Jerusalén, pero en lugar de atacar prefirió firmar una tregua con Saladino, temiendo que su ejército diezmado de 12.000 hombres no fuera capaz de sostener el sitio de Jerusalén. Pensando en una próxima cruzada y en no arriesgar militarmente una derrota que no le daría a los cristianos la posibilidad del control posterior de la Ciudad Santa, pactaron con el mismo Saladino, quien también estaba cansado y diezmado, la tregua que permitía el libre acceso de los peregrinos desarmados a la Ciudad Santa.

Saladino falleció seis meses después. Ricardo murió en 1199 por una flecha a su regreso a Europa. De esta forma, se cerraba la Tercera Cruzada con un nuevo fracaso para los dos bandos, dejando sin esperanzas a los Estados francos. Era cuestión de tiempo para que desapareciera la estrecha franja litoral que controlaban. Sin embargo, resistieron aún un siglo más.

Aquí la otra imagén

Está es la imagen

lunes, 30 de noviembre de 2009

The Crusades

The Crusades were a series of military campaigns commonly made at the request of the papacy, which took place between the eleventh and thirteenth centuries, against the Seljuk Turks and Saracens (so called Muslims) for the reconquest of the Holy Land.

Basically, it seems that they were motivated by the expansionist interests of the feudal nobility, the control of trade with Asia and the hegemonic zeal of the papacy on the monarchies and churches of the East, although in principle be declared and to regain the Holy Land to pilgrims , of which the Seljuk Turks conquered Jerusalem again, abused mercilessly.

Possibly, the motivations of those involved in them were very diverse, although in many cases can also mean a real religious fervor.

The Crusades were expeditions undertaken in fulfillment of a solemn vow to liberate the holy places of Muslim domination. The origin of the word dates back to the cross made of cloth and worn as insignia on the outer clothing of those who took part in these initiatives.

Basically, it seems that they were motivated by the expansionist interests of the feudal nobility, the control of trade with Asia and the hegemonic zeal of the papacy on the monarchies and churches of the East, although in principle be declared and to regain the Holy Land to pilgrims , of which the Seljuk Turks conquered Jerusalem again, abused mercilessly.

Possibly, the motivations of those involved in them were very diverse, although in many cases can also mean a real religious fervor.

Medieval writers used the terms crux (pro crossing Transmarine, Statutes of 1284, quoted by Du Cange sv crux), croisement (Joinville), croiserie (Monstrelet, etc.). Since the Middle Ages the meaning of the word crusade has been extended to include all wars undertaken in pursuance of a vow, and directed against infidels, P. eg. against Muslims, pagans, heretics, or those under the ban of excommunication.

The wars since the eighth century the Christian kingdoms maintained discontinuously north of the Iberian Peninsula against the Muslim Caliphate of Cordoba, and historiography called Reconquista continued in an equally discontinuous from the eleventh century against the Taifa kingdoms, the Almoravids and Almohads, sometimes with cross-qualification granted by the Pope, as in the battle of Las Navas de Tolosa (1212) or in its final episode: the War of Granada (1482-1492). In northern Europe crusades were organized against the Prussians and Lithuanians. The extermination of the Albigensian heresy was due to a cross and in the thirteenth century the popes preached crusades against John Lackland and Frederick II.

But modern literature has abused the word by applying it to all religious wars, for example, the expedition of Heraclius against the Persians in the seventh century and the conquest of Saxony by Charlemagne. Again this term resonated during the first half of the twentieth century, used by the Axis powers or their circle of influence: the Spanish Civil War or the German invasion of the USSR, received such a qualification by the official propaganda.

However, used with strict criteria, the idea of the crusade corresponds to a policy that occurred only in the Christianity of the eleventh to the fifteenth century, involved a union of all peoples and sovereigns under the direction of the popes. All crusades were announced by preaching. After pronouncing a solemn vow, each warrior received a cross from the hands of the pope or his legates, and was thenceforth considered a soldier of the Church. The Crusaders were also granted indulgences and temporal privileges, such as exemption from civil jurisdiction, inviolability of persons or lands, etc.. Of all these wars undertaken in the name of Christianity, the most important were the Eastern Crusades, which are discussed in this article.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Historia del pan

La historia del pan en la alimentación corre paralela a la historia del uso de los cereales por parte del hombre. El pan es un producto directo del procesado manual de los cereales (procesado que con posterioridad se transformó en mecánico) y es muy posible que fuese la primera aplicación alimenticia de estos. El pan, el aceite y el vino quizás fuesen los primeros alimentos procesados en la historia de la humanidad.[1]

Los cereales, por sí solos, no pueden ser digeridos por el aparato digestivo humano. Es por esta razón por la que los cereales son artificialmente procesados (molidos, remojados, etc.) y sólo a partir de este momento empezaron a convertirse en alimentos básicos para el hombre, aportando hidratos de carbono, los cuales se complementarían con las proteínas procedentes de las carnes (caza).[2] Así pues, el pan primigenio (elaborado con especies antiguas de cebada) pudo haber sido uno de los primeros alimentos elaborados de la historia de la alimentación.[3] Algunos autores afirman que el hombre empezó a cocinar los cereales antes que a elaborar el pan.[4]

A lo largo de la historia de las culturas, el pan se ha ido elaborando con el cereal disponible en la zona o con la variante modificada más resistente. Así se tiene, por ejemplo, que el trigo así como los otros cereales se han empleado en Europa y parte de África; el maíz es frecuente en América; el arroz, en Asia. Un hecho social relativo al pan, es que históricamente se ha establecido una distinción social en función del color de la miga de pan que se haya comido. Por ejemplo, los panes de centeno (de miga más oscura) han correspondido a las clases menos favorecidas, mientras que los de harina de trigo (de miga blanca) a clases más elitistas.[5] El pan es entendido por muchas culturas como un sinónimo de alimento y es un ingrediente que forma parte de diversos rituales religiosos y sociales en gran parte del mundo, siendo además en la actualidad un elemento económico que influye en índices económicos tales como el IPC (Índice de Precios al Consumo), empleado para determinar la evolución del costo de vida en las naciones.

jueves, 8 de octubre de 2009

TODO Constantinopla

Imperio bizantino es el término historiográfico utilizado desde el siglo XVIII para referirse al Imperio Romano de Oriente en la Edad Media. La capital de este imperio cristiano se encontraba en Constantinopla (en griego: Κωνσταντινούπολις, actual Estambul), de cuyo nombre antiguo, Bizancio, fue creado el término Imperio bizantino por la erudición ilustrada.
En tanto que continuación de la parte oriental del Imperio Romano, su transformación en una entidad cultural diferente de Occidente puede verse como un proceso que se inició cuando el Emperador Constantino trasladó la capital a la antigua Bizancio (que entonces rebautizó como Nueva Roma, y más tarde se denominaría Constantinopla); continuó con la escisión definitiva del Imperio en dos partes tras la muerte de Teodosio I, en 395, y la posterior desaparición, en 476, del Imperio Romano de Occidente; y alcanzó su culminación durante el siglo VII, bajo el emperador Heraclio I, con cuyas reformas (sobre todo, la reorganización del Ejército y la adopción del griego como lengua oficial), el Imperio adquirió un carácter marcadamente diferente al viejo Imperio Romano.
A lo largo de su dilatada historia, el Imperio bizantino sufrió numerosos reveses y pérdidas de territorio, pese a lo cual continuó siendo una importante potencia militar y económica en Europa, Oriente Próximo y el Mediterráneo oriental durante la mayor parte de la Edad Media. Tras una última recuperación de su pasado poder durante la época de la dinastía Comneno, en el siglo XII, el Imperio comenzó una prolongada decadencia que culminó con la toma de Constantinopla y la conquista del resto de los territorios bajo dominio bizantino por los turcos, en el siglo XV.
Durante su milenio de existencia, el Imperio fue un bastión del cristianismo, y contribuyó a defender Europa Occidental de la expansión del Islam. Fue uno de los principales centros comerciales del mundo, estableciendo una moneda de oro estable que circuló por toda el área mediterránea. Influyó de modo determinante en las leyes, los sistemas políticos y las costumbres de gran parte de Europa y de Oriente Medio, y gracias a él se conservaron y transmitieron muchas de las obras literarias y científicas del mundo clásico y de otras culturas.

Código justiniano

El Código de Justiniano es una recopilación de constituciones imperiales promulgada por el emperador Justiniano, en una primera versión, el 7 de abril de 529, y en una segunda, el 17 de noviembre de 534. Este último forma parte del denominado Corpus Iuris Civilis.
El "primer" Código de Justiniano (conocido como Codex vetus o primus) fue la primera obra elaborada dentro del proceso recopilador de Derecho romano justinianeo. Esta obra no se ha conservado, salvo por un fragmento del índice. Fue preparado por una comisión de juristas, presidida por Triboniano, comenzando sus labores en febrero de 528. Los comisionados debían recopilar las constituciones imperiales vigentes en la época, pudiendo utilizar obras anteriores como el Código Teodosiano del año 438, de carácter oficial, y los Código Gregoriano de 293 y Hermogeniano, de carácter privado. Con la promulgación de este código se dejó sin efecto los anteriores.
Debido a las reformas efectuadas por Justiniano fue necesario actualizarlo hacia el año 533. Una comisión presidida nuevamente por Triboniano debió agregar todas las nuevas constituciones imperiales dictadas por Justiniano al "primer" Código, recibiendo la facultad de interporlarlas o modificarlas, para su adecuada incorporación.
El 16 de noviembre de 534 –en fecha posterior al Digesto– se promulgó el "segundo" Código de Justiniano (denominado en ocasiones Codex repetitae praelectionis), quedando derogado el anterior y prohibida su alegación. Está estructurado en 12 libros, divididos en títulos, que contienen las constituciones.
El Código de Justiniano (en latín, Codex Iustinianus) es una recopilación de constituciones imperiales promulgada por el emperador Justiniano, en una primera versión, el 7 de abril de 529, y en una segunda, el 17 de noviembre de 534. Este último forma parte del denominado Corpus Iuris Civilis.
El "primer" Código de Justiniano (conocido como Codex vetus o primus) fue la primera obra elaborada dentro del proceso recopilador de Derecho romano justinianeo. Esta obra no se ha conservado, salvo por un fragmento del índice. Fue preparado por una comisión de juristas, presidida por Triboniano, comenzando sus labores en febrero de 528. Los comisionados debían recopilar las constituciones imperiales vigentes en la época, pudiendo utilizar obras anteriores como el Código Teodosiano del año 438, de carácter oficial, y los Código Gregoriano de 293 y Hermogeniano, de carácter privado. Con la promulgación de este código se dejó sin efecto los anteriores.
Debido a las reformas efectuadas por Justiniano fue necesario actualizarlo hacia el año 533. Una comisión presidida nuevamente por Triboniano debió agregar todas las nuevas constituciones imperiales dictadas por Justiniano al "primer" Código, recibiendo la facultad de interporlarlas o modificarlas, para su adecuada incorporación.
El 16 de noviembre de 534 –en fecha posterior al Digesto– se promulgó el "segundo" Código de Justiniano (denominado en ocasiones Codex repetitae praelectionis), quedando derogado el anterior y prohibida su alegación. Está estructurado en 12 libros, divididos en títulos, que contienen las constituciones.
El Código de Justiniano (en latín, Codex Iustinianus) es una recopilación de constituciones imperiales promulgada por el emperador Justiniano, en una primera versión, el 7 de abril de 529, y en una segunda, el 17 de noviembre de 534. Este último forma parte del denominado Corpus Iuris Civilis.
El "primer" Código de Justiniano (conocido como Codex vetus o primus) fue la primera obra elaborada dentro del proceso recopilador de Derecho romano justinianeo. Esta obra no se ha conservado, salvo por un fragmento del índice. Fue preparado por una comisión de juristas, presidida por Triboniano, comenzando sus labores en febrero de 528. Los comisionados debían recopilar las constituciones imperiales vigentes en la época, pudiendo utilizar obras anteriores como el Código Teodosiano del año 438, de carácter oficial, y los Código Gregoriano de 293 y Hermogeniano, de carácter privado. Con la promulgación de este código se dejó sin efecto los anteriores.
Debido a las reformas efectuadas por Justiniano fue necesario actualizarlo hacia el año 533. Una comisión presidida nuevamente por Triboniano debió agregar todas las nuevas constituciones imperiales dictadas por Justiniano al "primer" Código, recibiendo la facultad de interporlarlas o modificarlas, para su adecuada incorporación.
El 16 de noviembre de 534 –en fecha posterior al Digesto– se promulgó el "segundo" Código de Justiniano (denominado en ocasiones Codex repetitae praelectionis), quedando derogado el anterior y prohibida su alegación. Está estructurado en 12 libros, divididos en títulos, que contienen las constituciones.
El Código de Justiniano (en latín, Codex Iustinianus) es una recopilación de constituciones imperiales promulgada por el emperador Justiniano, en una primera versión, el 7 de abril de 529, y en una segunda, el 17 de noviembre de 534. Este último forma parte del denominado Corpus Iuris Civilis.
El "primer" Código de Justiniano (conocido como Codex vetus o primus) fue la primera obra elaborada dentro del proceso recopilador de Derecho romano justinianeo. Esta obra no se ha conservado, salvo por un fragmento del índice. Fue preparado por una comisión de juristas, presidida por Triboniano, comenzando sus labores en febrero de 528. Los comisionados debían recopilar las constituciones imperiales vigentes en la época, pudiendo utilizar obras anteriores como el Código Teodosiano del año 438, de carácter oficial, y los Código Gregoriano de 293 y Hermogeniano, de carácter privado. Con la promulgación de este código se dejó sin efecto los anteriores.
Debido a las reformas efectuadas por Justiniano fue necesario actualizarlo hacia el año 533. Una comisión presidida nuevamente por Triboniano debió agregar todas las nuevas constituciones imperiales dictadas por Justiniano al "primer" Código, recibiendo la facultad de interporlarlas o modificarlas, para su adecuada incorporación.
El 16 de noviembre de 534 –en fecha posterior al Digesto– se promulgó el "segundo" Código de Justiniano (denominado en ocasiones Codex repetitae praelectionis), quedando derogado el anterior y prohibida su alegación. Está estructurado en 12 libros, divididos en títulos, que contienen las constituciones.
El Código de Justiniano (en latín, Codex Iustinianus) es una recopilación de constituciones imperiales promulgada por el emperador Justiniano, en una primera versión, el 7 de abril de 529, y en una segunda, el 17 de noviembre de 534. Este último forma parte del denominado Corpus Iuris Civilis.
El "primer" Código de Justiniano (conocido como Codex vetus o primus) fue la primera obra elaborada dentro del proceso recopilador de Derecho romano justinianeo. Esta obra no se ha conservado, salvo por un fragmento del índice. Fue preparado por una comisión de juristas, presidida por Triboniano, comenzando sus labores en febrero de 528. Los comisionados debían recopilar las constituciones imperiales vigentes en la época, pudiendo utilizar obras anteriores como el Código Teodosiano del año 438, de carácter oficial, y los Código Gregoriano de 293 y Hermogeniano, de carácter privado. Con la promulgación de este código se dejó sin efecto los anteriores.
Debido a las reformas efectuadas por Justiniano fue necesario actualizarlo hacia el año 533. Una comisión presidida nuevamente por Triboniano debió agregar todas las nuevas constituciones imperiales dictadas por Justiniano al "primer" Código, recibiendo la facultad de interporlarlas o modificarlas, para su adecuada incorporación.
El 16 de noviembre de 534 –en fecha posterior al Digesto– se promulgó el "segundo" Código de Justiniano (denominado en ocasiones Codex repetitae praelectionis), quedando derogado el anterior y prohibida su alegación. Está estructurado en 12 libros, divididos en títulos, que contienen las constituciones.

Capilla palatina de Aquisgrán

En pleno corazón de Aachen (Aquisgrán), en el interior de su catedral, se encuentra la famosa Capilla Palatina (790 - 805), creada en la época del Sacro Imperio Romano Germánico (Carlo Magno). Es curioso pués es uno de esos monumentos que siempre hemos visto en nuestros libros de texto, bien de historia o de historia del arte. Y tras haberlo visto más de dos veces, siempre impresiona de igual forma. Teniendo en cuenta su perfecta conservación. Un lugar pequeño pero muy impresionante.

martes, 16 de junio de 2009

Legionarios

El legionario romano iba provisto del siguiente armamento:

- 2 pilum (jabalina)
- 1 gladius (espada) - 40/50 cm
- 1 pugio (daga) - 25 cm


Pilum


Tomado de: http://www.frisius-f.de/Shopartikel/_0070.jpg





Punta del pilum


Tomado de: http://www.romancoins.info/MilitaryEquipment-spear.html
Página con bastante información y fotos del pilum y otras lanzas romanas.


Gladius


Tomado de: http://www.romancoins.info/MilitaryEquipment-Attack.html
Página con bastante información y fotos del gladius.

Para saber más:
http://historia.mforos.com/732486/7131727-origen-del-gladius-hispaniensis-ampliado-con-de-filo-o-de-punta-la-antiguedad-hispana/



Pugio


Tomado de: http://www.romancoins.info/MilitaryEquipment-pugio.html
Página con información y bastantes fotos del pugio.


Armamento defensivo

Scuta


Tomado de: http://www.imperivm.org/articulos/scutum.html
donde se pueden ver digerentes tipos de escudos romanos a lo largo del tiempo.



Cingulus y Balteus


Tomado de: http://www.prima-cohors.com/Armas%20y%20vestimentas.htm


Para más información ver la página:
http://www.historialago.com/leg_01060_armamento_01.htm

ARMAMENTO Y EQUIPO



Una coraza y un yelmo celtas, una espada española, una jabalina etrusca y un escudo samnita.

Éste fue el equipamiento de los legionarios de César. Un armamento que Roma tomó de sus más encarnizados enemigos, uniéndolo para convertir al soldado que lo portaba en una máquina invencible.



1a- GLADIUS HISPANIENSIS o "espada española". Fue en la Segunda Guerra Púnica cuando los romanos tuvieron que vérselas con esta formidable espada que portaban los infantes españoles de Aníbal. Esta espada estaba realizada en hierro de altísima calidad, la hoja tenía doble filo y medía 50 cm. de largo por 7 cm. de ancho. Tenía una gran punta que la convertía en un arma excepcional manejada por un infante cubierto por un buen escudo, ya que lo único que tenía que hacer era parar el tajo de la espada larga del adversario con el escudo y aprovechar para clavársela en su flanco descubierto. La espada española se utilizaba de punta, para "pinchar" al adversario, con lo que el brazo que la manejaba sólo tenía que moverse hacia delante y no hacia arriba, así el infante que la manejaba se exponía mucho menos que con una espada de corte. Manejadas por los expertos infantes españoles en sus guerras contra Roma, estas formidables armas causaron tal terror en los legionarios romanos que el Senado decidió adoptarla como arma estándar en el equipo romano sustituyendo a la espada griega de hoplita. De la espada española se ha dicho que ninguna otra arma ha matado a más hombres a lo largo de la Historia hasta la llegada de las armas de fuego. Y es cierto. La espada española causó más muertes en sus 400 años de historia que todas las armas juntas en todas las guerras durante la Edad media. El puñal o pugio es también español, la hoja medía unos 24 cm. de largo por 6 cm. de ancho. Ilustración por Peter Connolly (Ed. Greenhill books).











leg_armas_gladiuspugio_f_02.jpg (52460 bytes)

1b- GLADIUS HISPANIENSIS y PUGIO. Las dos espadas más importantes de mi colección personal son, cómo no, estas magníficas reproducciones, el gladius y el pugio de la época de finales de la República.



2a- PILUM (plural: PILA). Una de las más formidables armas jamás usadas por la infantería. Constaba de un asta de madera de aproximadamente 1.2 m. de longitud con un taco de madera de forma cónica en el que se insertaba una vara de hierro de unos 60 cm. con punta troncocónica. El pilum lo arrojaba el legionario a la carrera a unos 20 m. del enemigo. Cayo Mario, el creador de las nuevas legiones, cambió uno de los dos remaches de sujección de la vara de hierro por un taco de madera que se partía al impactar con el escudo enemigo, con lo que el pilum, al impactar ,se doblaba como una bisagra haciendo que el escudo que había perforado fuese imposible de manejar y además no podía volver a ser utilizado por el enemigo para arrojárselo a los romanos. Sin embargo, César observó que los tacos de madera de algunos pila no se partían en el choque, con lo que el enemigo podía volver a lanzárselos a los legionarios. César, siempre atento a este tipo de cuestiones, ideó un refinamiento diabólico: destempló parcialmente el hierro de la vara con lo que ésta al impactar se deformaba impidiendo su uso posterior.

De esta manera, una lluvia de pila bien lanzada era mortal, ya que descomponía las líneas enemigas segundos antes de recibir la carga de los legionarios espada en mano. Una vez recuperados, los pila eran fácilmente reparados por los armeros romanos. Cada legionario llevaba dos pila: uno ligero y otro pesado. Sus inventores fueron, muy probablemente, los etruscos. Ilustración por Peter Connolly (Ed. Greenhill books).











leg_armas_pila_f_01.jpg (7269 bytes)2b- PILUM construido por mí, perteneciente a mi colección personal.



3- YELMOS. El de la izquierda es el más habitual de los tiempos de César. Es el famoso yelmo de tipo montefortino inventado por los celtas de la Galia muchos años antes. Era un buen yelmo, con cubrenuca, carrilleras y sujeción para el penacho de crin de caballo. La mayoría de los yelmos de los legionarios de esta época eran de bronce en lugar de hierro, para abaratar costes. El de la derecha es de tipo helenístico, simulando un casco corintio. Era el preferido por los oficiales superiores. Ilustración por Peter Connolly (Ed. Greenhill books).









4- SCUTUM. El escudo romano tiene un origen italiano, probablemente samnita. Era un gran escudo de 1.30 m. de altura, ovalado y curvado hacia dentro, proporcionando así una protección óptima al infante que lo portaba. Tenía un asa central protegida en el lado exterior por una pieza de madera. El escudo, formidablemente diseñado y elaborado para ofrecer a su portador una protección óptima, estaba formado por 3 capas de listones de madera contrapeados para aumentar su resistencia que eran pegados con cola, además estaba forrado con una capa de fieltro de lana virgen sobre la que se pintaban motivos de adorno como alas de águila y con un reborde completo metálico de bronce. La pieza que protegía el asa era recubierta por un umbo o cazoleta de hierro. El ejemplar que aparece en la ilustración es del siglo I aC, es el único encontrado de este tipo y fue hallado en Egipto. Probablemente perteneció a un legionario de César, a uno de Marco Antonio o a uno de Augusto. Ilustración por Peter Connolly (Ed. Greenhill books).









5- COTA DE MALLA. La coraza de cota de malla de anillos de hierro ha sido la más utilizada a lo largo de la Historia, lo que da fe de su afortunado diseño. El dibujo de la derecha muestra un trozo de cota a tamaño real encontrada en Rumania, con los dos tipos de anillos que la formaban, uno cerrado y otro abierto que se remachaba al anterior, y así sucesivamente para formar la malla. Esta coraza proporcionaba una gran protección contra tajos de espada y era la más flexible, por lo que su uso continuó hasta el siglo XVIII de nuestra era (incluso en la Primera Guerra Mundial hubo unidades especiales que llevaban como protección una coraza de cota de malla y también los tripulantes de los primeros carros de combate británicos la usaron para protegerse de las esquirlas). La cota de malla la inventaron los celtas, los grandes maestros del hierro, hacia el año 300 a.C. A la izquierda se muestra el dibujo de un relieve que representa una cota de malla a tamaño natural. Ilustración por Peter Connolly (Ed. Greenhill books).













Con este armamento, el legionario romano se convirtió en el infante mejor armado del Mundo. Una inteligente combinación de armas tomadas de naciones enemigas que le dotaron de una capacidad táctica inigualable. Preciosa ilustración del maestro Peter Connolly (Ed. Greenhill books).

Legión romana
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Unos actores de Pram (Austria) representando el avance de una legión romana en posición de ataque.

La legión romana (del latín legio, leva) era la unidad militar de infantería básica de la Antigua Roma. Consistía en un cuerpo de infantes pesados de unos 5.000 y más tarde 10.000 soldados de infantería y varios centenares de jinetes. Las legiones tenían asignado un nombre y un número; se identificaron cerca de 50, pero nunca llegaron a existir tantas en un mismo momento de la historia de Roma. Usualmente había 28 legiones con sus auxiliares, y se reclutaban más según las necesidades y la situación en cada momento.
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Legionarios romanos representados en la Columna Trajana.

Originalmente, en la época de los Reyes, la legio englobaba al ejército romano en su totalidad, compuesta de ciudadanos romanos reclutados para las armas. En algún momento, posiblemente al comienzo de la República Romana, la legio estaba subdividida en dos legiones separadas, cada una bajo el mando de uno de los dos cónsules. En los primeros años de la República, cuando las campañas militares romanas estaban centradas principalmente en rechazar multitud de invasiones, no se sabe a ciencia cierta si el poder militar de las legiones fue desplegado completamente en su conjunto. Las legiones se organizaron de un modo más formal en el siglo IV a. C., cuando las guerras en las que Roma se veía involucrada se hicieron más frecuentes y estratégicamente mejor planificadas, y el ejército consular se dividió en dos legiones. Los tribunos militares aparecieron después del año 331 a. C. La organización interna de la legión fue más sofisticada, de la clásica falange se pasó al sistema de cohortes, manípulos y centurias. Más tarde, durante el Imperio, la legión era comúnmente reforzada por tropas aliadas, las allae. Estas tropas eran reclutadas entre mercenarios o entre pueblos cuya habilidad bélica era bien conocida en el mundo antiguo, como los jinetes númidas o los honderos baleares. Su función era generalmente la de actuar como auxiliares de las tropas romanas, principalmente legionarios.

Durante los períodos finales de la República de Roma y la Roma Imperial, las legiones desempeñaron un rol político importante, al tiempo que se profesionalizaban completamente. Sus acciones podían asegurar el destino de un Emperador romano, o destruirlo. Un ejemplo es la caída de Vitelio en el Año de los cuatro emperadores, decidida en el momento en que las legiones del Danubio eligieron apoyar a Vespasiano. Cerca del siglo I a. C., la amenaza demagógica de las legiones quedó claramente identificada. Los gobernantes no podían alejarse de sus provincias con sus legiones. Cuando Julio César cruzó el río Rubicón para dejar sus provincias y trabarse en armas en Italia, se precipitó una crisis constitucional.

Organización [editar]
Aspecto de un centurión del año 70 d. C.

En la República, la existencia de las legiones fue efímera. Con excepción de las Legiones I a IV, que formaban el ejército consular (dos por cónsul), las otras unidades se reclutaban por campaña. El carácter permanente tuvo lugar fundamentalmente por cuestiones internas: en particular para garantizar su lealtad al Emperador, y no a sus generales. Durante el Imperio, la legión fue estandarizada, con símbolos y una historia individual, en donde los hombres servían con orgullo. Las legiones eran comandadas por un legado o legatus. Rondando los treinta años de edad, usualmente serían senadores por tres años. Los subordinados inmediatos del legado, serían seis tribunos militares elegidos: cinco oficiales regulares y el sexto, un noble representando al Senado. Había un grupo de oficiales prestando servicios médicos, ingenieros, cronistas y el praefecti castrorum (prefecto o comandante de campo), que había servido como primipilum, o primer centurión, siendo éste un personaje muy respetado. Por debajo del primipilo se hallaban los centuriones, que tenían como subordinado a un optio. Por debajo se hallaba la masa de legionarios, entre otros especialistas como sacerdotes y músicos.

A mediados de la República, las legiones se componían de las siguientes unidades:

Caballería o equites. Esta era originalmente la unidad más prestigiosa, donde los romanos jóvenes y saludables comenzaban a destacarse antes de iniciar sus carreras políticas. El equipamiento necesario era pagado por cada jinete, y consistía en un caballo, un escudo redondo, casco, armadura corporal, espada y una o más jabalinas. La caballería era excedida en número en la legión. En un total de cerca de 3000 hombres, habría apenas unos 300 jinetes, divididos en 10 unidades de 30 hombres. Al mando de cada unidad, había un decurión. A esta caballería pesada se sumaba una caballería ligera que reclutaba ciudadanos más pobres y jóvenes de buena salud, pero sin la edad suficiente para entrar en la hastati o en la equites.

Infantería ligera o vélites. Los velites eran básicamente lanzadores de jabalina y hostigadores en general, y no tenían una organización formal precisa o una función en el campo de batalla. Eran utilizados según la necesidad y provenían de los estratos económicamente más bajos de la sociedad.
Armas de un legionario. Se puede ver la espada corta (gladius) y el pílum

Infantería pesada. Era la unidad principal de la legión. Se componía de ciudadanos legionarios que pudieran pagar el equipo compuesto de casco de bronce, escudo, armadura y lanza corta (pilum). El arma preferida era el gladius, un tipo de espada corta. La infantería pesada estaba subdividida de acuerdo a la experiencia de los legionarios en tres líneas separadas:

* Los hastati (sing. hastatus)eran los más jóvenes y formaban la línea delantera. Iban armados con dos pila de distintos pesos, para que una tuviera más alcance y la otra perforase los escudos. En el cuerpo a cuerpo, usaban la espada. Como armadura era común el uso de placas de bronce sujetas con correas de cuero, que tapaban el corazón y parte del pecho. También utilizaban casco de bronce y el scutum (escudo largo romano).

* Los príncipes (sing. princeps), hombres con edades rondando los 30 años, componían la segunda línea de la legión e iban armados al igual que los primeros, pero en lugar de la placa del pecho, podían pagarse una coraza de cota de malla de anillos.

* Los triarii (sing. triarius)eran los soldados veteranos y alineados atrás, que sólo entraban en combate en situaciones extremas. A diferencia de los príncipes, en lugar de los pila manejaban una lanza larga, formando una sólida falange erizada de puntas de lanza que contuviera al enemigo.

Cada una de estas líneas estaba subdividida en manípulos, la menor subunidad del ejército, compuestas de dos centurias comandadas por el centurión mayor. La centuria como unidad de combate estaba formada por 80 hombres. Su nombre viene dado por ser la unidad que acompaña al centurión. Suele pensarse erróneamente que poseían 100 hombres porque se asocia centuria a ciento, y eso es totalmente equívoco. Cada centuria tenía su estandarte y estaba compuesta por diez unidades llamadas contubernia. En un contubernio había 8 soldados compartiendo tienda de 4 plazas (los otros 4 estarían siempre de guardia), piedra de moler, una mula y un caldero (dependiendo de la duración de la travesía).

En batalla, los manípulos estaban organizados comúnmente en una formación cuadriculada llamada quincux. Los manípulos de príncipes cubrían los espacios abiertos dejados por los hastati, siendo cubiertos los propios por los manípulos triarii.


Archivo:Legión romana.png

Cuando se desplegaba una legión en el combate, cada centuria formaba normalmente un cuadrado de 10 hombres de frente por 8 de fondo. Así, una centuria se colocaba tras la otra y formaba un manípulo, constituyendo un cuadrado de 10 hombres de frente por 16 de fondo. En las crónicas de Polibio y Vegecio se relata que el espacio entre filas era de tres pies, siendo entre columnas de cuatro pies (tomando como referencia que un infante pertrechado ocupa un espacio de dos pies de ancho por uno de fondo -60 x 15 cm-, deducimos que cada centuria podía ocupar un cuadrado aproximado de unos 50 pies de frente por 40 de fondo, es decir, 15 metros por 12).

En las cohortes, los tres manípulos formaban juntos en línea, pero dejando una distancia entre sí suficiente como para que la segunda centuria de cada manípulo pudiese ocupar el espacio entre las centurias situadas al frente. Esta formación, dispuesta con tres centurias de frente por dos de fondo, ocuparía un espacio en el campo de batalla de aproximadamente unos 75 m de frente, pero teniendo que dejar un espacio de 15 m con referencia a la cohorte situada en su flanco izquierdo, de forma que su centuria situada en la segunda línea a la izquierda pudiera desplegarse en este espacio.

Las cohortes generalmente se disponían en tres líneas denominadas acies, o al menos para César la formación en "triplex acies" es la habitual. En caso de que se contase con pocos efectivos, también se podía formar en "acies duplex", pensada para poder mantener un mismo frente de batalla ante un enemigo superior en número, evitando así el ser superado por las alas y, una vez envuelto, derrotado. Dado que una legión estaba formada por 10 cohortes, en la formación de triplex acies se obliga a que una línea tenga una cohorte más que las otras dos, siendo habitual el despliegue en el campo de batalla de cohortes de distintas legiones, eso sí, procurando que las cohortes de una misma legión estuvieran próximas unas a otras.

Las reformas de Mario [editar]
Artículo principal: Reformas de Mario

La división de la infantería en secciones especializadas, hastati, príncipes y triarii, desaparecerá con la reforma de Cayo Mario, a finales del siglo II a. C. A partir de la reforma, la infantería legionaria constituye un cuerpo homogéneo de infantería pesada, sin distinciones por razón del armamento o la edad de los soldados, aunque pervivió de algún modo en la nomenclatura de los empleos de la oficialidad con fines de escalafón. Del mismo modo, se eliminó de la legión el contingente de vélites, que ya estaba totalmente en desuso: la infantería ligera de las legiones primitivas era muy poco efectiva, como se demostró una y otra vez durante las Guerras Púnicas, y fue sustituida por cuerpos especializados de "auxiliares", que en la época imperial procedían de levas entre los indígenas de las diversas provincias, agrupándose según su origen étnico y conservando su indumentaria y estilo peculiar de combate.
Testudo o formación en tortuga.

Esta reforma se debió a la necesidad de crear un nuevo contingente militar para defender el territorio romano tras las gravísimas derrotas sufridas en las guerras contra cimbrios y teutones, dos tribus germánicas que habían atravesado las fronteras romanas en el transcurso de su migración hacia la Galia, entre los años 106 y 105 a. C. Estas derrotas, de proporciones catastróficas, junto con el progresivo desinterés por la milicia por parte de las clases sociales superiores, implicaban que la cantidad de hombres disponibles para combatir era demasiado exigua, y supusieron el paulatino abandono del concepto "ejército de ciudadanos" o ciudadano-soldado por parte de Roma. Mario instituyó un ejército profesional de nueva planta, reclutado entre las clases sociales inferiores, los infraclassem, hasta entonces exentos del servicio militar. A partir de este momento, el legionario es un soldado profesional, que recibe una paga por su servicio y la promesa de mejoras económicas una vez concluido.

Pero esto implicaba también un grave riesgo para la estabilidad de la República, ya que a partir de este momento los soldados con frecuencia depositaban su lealtad mas en su comandante que en su metrópoli. Más aún cuando determinados generales armaban y financiaban legiones de su propio bolsillo (como hizo Cesar en la guerra de las Galias). De ahora en adelante, el ejército se convierte en un factor decisivo en la vida política romana, puesto que cualquier personaje que cuente con el apoyo de las legiones puede utilizarlas como herramienta para obtener el poder.

Desde entonces, las cohortes, de las cuales habría diez por legión, sustituyen a los manípulos como unidad táctica básica. Cada cohorte se compone de 6 centurias y es liderada por un centurión pilus prior. El centurión mayor de la legión es llamado primus pilus, un soldado de carrera y asesor del legado.

Las diez cohortes que integran la legión van numeradas, obviamente, del I al X, pero están organizadas jerárquicamente: la Cohorte I tiene el doble de soldados que las demás, generalmente la componen los más veteranos y se despliega en primera fila. Por el contrario, la cohorte X despliega en segunda fila y está compuesta por los soldados más bisoños. Este desdoblamiento de la primera cohorte podía en ocasiones extenderse a las demás, hablándose en este caso de cohortes miliarias. El desdoblamiento o duplicación de efectivos no se realizaba aumentando el número de centurias sino el de soldados, pasando cada centuria a tener unos efectivos teóricos de 160 hombres.

Por lo tanto, una legión normal se componía de alrededor de 4.800 hombres de armas y de un gran número de discípulos, sirvientes y esclavos. Las legiones podrían contener hasta 6.000 hombres en batalla, aunque en ciertos momentos de la historia romana se redujeron a cerca de 1.000 para refrenar comandantes rebeldes. Las legiones de Julio César tenían sólo 3.500 hombres aproximadamente.

Por otra parte, desde la época de Julio César, las legiones incluían un tren de artillería bastante completo: cada centuria estaba equipada con una carroballista, una gran ballesta montada encima de un carro, y cada cohorte con una catapulta, lo que no sólo incrementaba la potencia de fuego de la legión en el combate a campo abierto, sino que servía también para la guerra de asedio.

Este pequeño ejército, capaz de batirse por sí solo en casi cualquier modalidad militar, arrastraba (especialmente en la época imperial) una gran cantidad de personal civil no directamente relacionado con la legión: comerciantes, prostitutas, "esposas" de legionarios (que no podían contraer matrimonio), que al establecerse en torno a los campamentos permanentes o semipermanentes acababan dando lugar a auténticas ciudades.

En principio, era requisito imprescindible para ser legionario el poseer la ciudadanía romana.

Auxiliares [editar]

Surgen por pura necesidad táctica, dado que la infantería pesada legionaria precisaba el apoyo de otros cuerpos de caballería e infantería ligera. Tras la reforma de Mario aparecen ya cuerpos irregulares de caballería, que reciben el nombre de auxilia, siendo disueltos al finalizar las campañas. Pero es tras la Guerra Social (91-89 a. C.) cuando los auxilia reciben el impulso definitivo al desaparecer las Alae Sociorum. Igualmente, cuerpos de arqueros, honderos y caballería son reclutados, muchas veces mediante levas forzosas, entre los diferentes pueblos del Mediterráneo.

No obstante, fue César quien sentó las líneas básicas de lo que luego serán los auxiliares imperiales al reclutar entre galos y germanos unidades de caballería. Por otro lado, los cuerpos de infantería auxiliar parecen haber sido más bien una apuesta de Augusto.

En cualquier caso, son pequeños destacamentos que acostumbran a acompañar a una legión ejerciendo una función auxiliar –en todos los sentidos de la palabra-, pero que también pueden actuar independientemente. Su principal característica es que –salvo excepciones- están compuestas por individuos que no son ciudadanos romanos, existiendo fundamentalmente dos tipos de unidades, tradicionalmente asociadas con caballería e infantería, que reciben el nombre de ala y cohors, respectivamente. Caso aparte serían las cohortes equitatae, constituidas por un núcleo fuerte de infantería y un pequeño destacamento de caballería.

Todas ellas podían ser quinquinariae o miliariae, es decir, de quinientos o mil hombres. Sin embargo, los estudios más recientes confirman lo que ya Cheesman apuntaba a principios de la centuria pasada: esta estructura numeral es demasiado rígida como para ser cierta.

Las excavaciones de los barracones de los soldados –así como las informaciones del Pseudo-Higinio - arrojan estos datos: semeja que las cohortes quinquinariae estarían formadas por seis centuriae de 80 hombres –al cargo de un centurión- y la miliariae por diez, lo que nos arroja unas cifras de 480 y 800 hombres, respectivamente. En cuanto a las alae, las miliariae estarían formadas por veinticuatro turmae de 30 hombres –a los que hay que sumar un decurión y un portaestandarte, en total, 32- y las quinquinariae por dieciséis turmae, con cifras totales de 768 y 512 equites.

Por lo que a las equitatae se refiere, la situación se complica, pero todo parece indicar que serían unidades de seis o diez centurias y cuatro u ocho turmae, según la dualidad antes expuesta.

Aun así, parece que la diferenciación entre unidades quinquinariae y miliariae es fruto de los turbulentos acontecimientos de los años 68-69 –aunque en el caso de las alae parece haber algunos escasos ejemplos anteriores- y que desde la época Flavia habría una clara tendencia hacia el reclutamiento de unidades miliarias. Éstas –tanto alae como cohortes- estarían comandadas por tribunos, mientras que las otras lo estarían por prefectos –ambos de rango ecuestre- (Cheesman, sin embargo, dice que las alae miliariae estarían mandadas por prefectos). El primero de los centuriones o decuriones recibe el título de prínceps y ocupa un escalafón inferior al subprefecto, asistente del oficial al mando de la unidad. Queda por mencionar el hecho singular de las cohortes Civium Romanorum, igualmente auxiliares, pero compuestas bien por ciudadanos romanos –libertos que no podían enrolarse en las legiones y que se habrían reclutado en situaciones de emergencia-, bien por peregrini que recibirían el título como premio por un hecho de armas destacado. El título sería conservado en lo sucesivo por la unidad, pese al licenciamiento de las tropas premiadas (los auxiliares se licenciaban con honores tras 25 años de servicio), y estaría bajo el mando de un tribuno.

Por lo que se refiere al numerus, en principio designa a cualquier unidad que no se atenga a la regularidad de las antes mencionadas, como puede ser el caso de las guardias de corps de oficiales o cargos administrativos, pero en la forma en que los numeri logran un mayor éxito es como unidades auxiliares, aunque se diferenciarían de las anteriores por su organización interna. Así pues, los numeri son lo que en origen eran los cuerpos auxiliares: unidades de nativos reclutados que mantienen su estructura jerárquica y organizativa propia. Son, por así decirlo, un cuerpo de irregulares. Parece que su desarrollo desde el siglo II vendría a paliar la carencia de armas y modos de combate tradicionales que se produjeron con la paulatina romanización del modo de combate de los auxiliares. Esto anuncia y explica en parte el ulterior reclutamiento de grupos de germanos, sármatas, iranios o mauritanos –muchos de ellos derrotados en batallas por los romanos y desplazados a otro frente del Imperio- que se da durante el Tardoimperio e incluso en Bizancio en época Justinianea.

Otros cuerpos, como la marina, en estos momentos centralizada en las flotas de Miseno y Rávena para el Mediterráneo, así como en las periféricas de Britania, el Rin o el Danubio, sobrepasan ya nuestro marco de estudio. En cuanto a las milicias urbanas que existieron, nunca fueron usadas en los conflictos externos o como tropas de choque. Así y todo, para un Imperio tan extenso como el romano, los 240.000 hombres en armas ofrecidos por Tácito o los 315.000 que se estipulan para inicios de la década de 160 son escasos, y no digamos las cifras entre 180.000 y 220.000 hombres para los siglos I-II d. C. que ofrece Cheesman.

El Tardo imperio. Andando el tiempo, conocemos mal lo que ocurrió con el ejército en el transcurrir de la llamada “Anarquía militar” pese al triste protagonismo del mismo en estos años. Sin lugar a dudas, muchas de las tendencias anteriores se acentuaron, lo que, junto a notables permanencias, conformó lo que será el ejército del Bajo Imperio. Cheesman señala que, desde el edicto de Caracalla, la diferenciación entre cuerpos auxiliares y legiones se hizo cada vez más accesoria, de modo que la única señal distintiva era su diferente entrenamiento. Desde luego, el auge de los numeri y el edicto se combinaron para hacer de los auxiliares una unidad sin razón de ser. Sin embargo, la legión conservó largo tiempo su carácter elitista y su superior preparación como señales distintiva.

No obstante, si en algo se centra la discusión acerca de la organización militar del Tardoimperio es en la cuestión acerca de los cuerpos de limitanei y comitatenses. La tradición ha querido ver en los primeros unas fuerzas fronterizas, como su propio nombre (ribereños) indica, y en los segundos un conjunto de fuerzas móviles con cierto carácter de élite. De todo esto se han derivado numerosos debates que, muy a menudo, han venido a caer en errores de apreciación y convencionalismos más o menos inventados tiempo atrás. Así, los limitanei son poco más que colonos armados, mientras que los comitatenses son los verdaderos soldados profesionales. Por sentido común, cualquier clasificación estricta en historia supone otorgarle al pasado una simplicidad que únicamente esconde nuestro desconocimiento. Las realidades siempre son más complejas. Por lo que revelan nuestras fuentes, los limitanei son el conjunto de tropas asignadas a una determinada región, encontrándose bajo la dirección del dux de la misma. Por su parte, los comitatenses están ligados más directamente al emperador o a sus hombres más allegados. Esta clase de unidades se encuentran por lo general asentadas en las provincias interiores, actuando como garantes ante una revuelta interna o el levantamiento de un usurpador. Además, se desplazan con mayor facilidad –que no rapidez-, al no estar asignadas a ningún territorio en el que tuviesen que ejercer labores civiles o administrativas, de las que más adelante hablaremos. A mayores existían, dentro de esta gran división del ejército, unidades de naturaleza y tamaño diverso a las que no nos referiremos por falta de de espacio, pero que verdaderamente merecen una mayor atención por parte de la literatura especializada, a menudo obcecada por los oropeles de la época altoimperial.

Adiestramiento [editar]

El adiestramiento cumplía dos funciones: fortalecer el cuerpo y enseñar las técnicas de combate individual y formaciones.

Las marchas eran una parte muy importante debido a su importancia táctica, cuanto más rápido se marche antes se entra en combate. Las marchas se hacían regularmente sin importar el tiempo. Todos los soldados iban cargados con un equipo de unos 25 kg y recorrían una distancia de 30 km en cinco horas.

Los legionarios también aprendían a construir campamentos donde pernoctar tras las jornadas de marcha.

Otra parte del entrenamiento era, sin duda, el aprendizaje de las formaciones, ya que eran estas, las que diferenciaban una legión romana de un grupo de bárbaros. Los legionarios sabían ejecutar relevos de líneas, formaciones de tortuga y despliegues de todo tipo.

Los legionarios se ejercitaban con armas falsas lastradas, para que de esa manera las armas normales resultaran más ligeras.

Por último hay que hablar de la disciplina. A los legionarios se les enseñaba a obedecer ciegamente las órdenes, siendo, los que las desobedecían, seriamente castigados mediante linchamientos, apedreamientos o diezmos, que eran ejecutados por sus compañeros.

Símbolos [editar]
Legionarios con aquilifer al frente y "signum" detrás.

Desde la reforma de Mario –alrededor del año 104 a. C.-, se ha venido priorizando en el seno de la legión una de las enseñas tradicionales que estos cuerpos solían llevar al campo de batalla. Se trata del águila romana, que se impone como símbolo legionario por antonomasia, desplazando al lobo, al toro, al jabalí y al caballo, muestras de animales totémicos pertenecientes a una sociedad campesina. Las águilas se realizan en metales nobles –plata primero, oro después- y se guardan celosamente en el "aedes signorum" o santuario del campamento. La pérdida de las águilas, como les sucedió a Craso o Marco Antonio en Oriente o a Varo entre los germanos, es el mayor deshonor que puede sufrir un cuerpo legionario. El suboficial al cargo del águila era el "aquilifer".

martes, 2 de junio de 2009

Trabajo


Este es por mí Y Alejandro

martes, 26 de mayo de 2009

Troya

Guerra de Troya
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La caída de Troya, por Johann Georg Trautmann (1713–1769). De las colecciones de los grandes duques de Baden, Karlsruhe.

La guerra de Troya fue un conflicto bélico en el que se enfrentaron una coalición de ejércitos aqueos contra la ciudad de Troya (también llamada Ilión), ubicada en Asia Menor y sus aliados. Según el mito, se trataría de una expedición de castigo por parte de los aqueos, cuyo casus belli sería el rapto (o fuga) de Helena de Esparta por el príncipe Paris de Troya.

Esta guerra es uno de los ejes centrales de la épica grecolatina y fue narrada en un ciclo de poemas épicos de los que sólo dos han llegado intactos a la actualidad, la Ilíada y la Odisea, atribuidas a Homero. La Ilíada describe un episodio de esta guerra, y la Odisea narra el viaje de vuelta a casa de uno de los líderes griegos. Otras partes de la historia y versiones diferentes fueron elaboradas por poetas griegos y romanos posteriores.

Los antiguos griegos creían que los hechos que Homero relató eran ciertos. Creían que esta guerra había tenido lugar en los siglos XIII a. C. o XII a. C., y que Troya estaba situada cerca del estrecho de los Dardanelos en el noroeste de la península de Anatolia (actual Turquía). Por ejemplo, el historiador Heródoto no sólo consideraba segura la guerra, sino que además para él fue la causa originaria de las enemistades entre persas y griegos.[1] En tiempos modernos, tanto la guerra como la ciudad eran consideradas mitológicas.

En 1870 el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann excavó la colina de Hisarlik, donde creía que estaba la ciudad de Troya, hallando los restos de la antigua ciudad de Nueva Ilión y bajo la cual halló otras ruinas, y debajo de éstas, otras más. Cada una de estas ruinas daba lugar a los restos de distintas ciudades que parecían haber sido habitadas en épocas distintas. Schliemann pretendía hallar la Troya homérica pero, en el curso de los años, él y sus colaboradores hallaron siete ciudades sepultadas y más tarde otras dos. Sin embargo, quedaba por decidir cuál de estas diez ciudades era la Troya de Homero. Estaba claro que la capa más profunda, Troya I, era la prehistórica, la más antigua, tan antigua que sus habitantes aún no conocían el empleo del metal, y que la capa más a flor de tierra, Troya IX, tenía que ser la más reciente.

Algunos historiadores creen que Troya VI o Troya VII deben identificarse con la ciudad homérica, porque las anteriores son pequeñas y las posteriores son asentamientos griegos y romanos. Otros historiadores opinan que los relatos de Homero son una fusión de historias de asedios y expediciones de los griegos de la Edad del Bronce o del periodo micénico, y no describen hechos reales. Los que piensan que los poemas épicos de la guerra de Troya derivan de algún conflicto real, lo fechan entre 1300 a. C. y 1100 a. C.

Caballo de Troya
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Para otros usos de este término, véase Caballo de Troya (desambiguación).

El caballo de Troya es un artilugio que aparece en el mito de la Guerra de Troya. Es mencionado en la Odisea de Homero (octavo canto) y en otras fuentes, como la Eneida de Virgilio (Libro II). El evento ocurre luego de los acontecimientos que se cuentan en la Ilíada de Homero y antes de los relatados en la Odisea y en la Eneida, pero igualmente es referida en estas dos últimas.
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Las fuerzas griegas que asediaron Troya durante diez años no pudieron superar las altas murallas que la defendían.

Odiseo (Ulises para los romanos) propuso a los jefes griegos construir un enorme caballo de madera en cuya barriga habían de caber los más valerosos héroes griegos. La flota griega se retiraría a la cercana isla de Ténedos, tras quemar el campamento para que los troyanos lo advirtieran y salieran confiados al campo. Un griego, fingiéndose fugitivo, quedaría fuera y contaría a los troyanos que este caballo está consagrado a la diosa Atenea, enemiga de los troyanos.

Bajo las instrucciones de Odiseo, el caballo fue construido por Epeo el feocio, el mejor carpintero del campamento. Tenía una escotilla escondida en el flanco derecho y en el izquierdo tenía grabada la frase: «Con la agradecida esperanza de un retorno seguro a sus casas después de una ausencia de nueve años, los griegos dedican esta ofrenda a Atenea».

Los troyanos, grandes creyentes en los dioses, cayeron en el engaño. Lo aceptaron para ofrendarlo a los dioses, ignorando que era un ardid de los griegos para traspasar sus murallas. Dentro del caballo se escondía un selecto grupo de soldados. El caballo era de tal tamaño que los troyanos tuvieron que derribar parte de los muros de su ciudad. Una vez introducido el caballo en Troya, los soldados ocultos en él abrieron las puertas de la ciudad, tras lo cual la fuerza invasora entró y la destruyó.

Este episodio no es narrado en La Ilíada, el poema atribuido a Homero, que relata parte de la Guerra de Troya. Se hace alusión a él en La Odisea, en la que Homero cuenta las aventuras del héroe griego Odiseo en su regreso a su patria, Ítaca. También es aludido por Virgilio en la Eneida.

El poema [editar]
—¡Demódoco! Yo te alabo más que a otro mortal cualquiera, pues deben de haberte enseñado la Musa, hija de Zeus, o el mismo Apolo, a juzgar por lo primorosamente que cantas el azar de los aqueos y todo lo que llevaron a cabo, padecieron y soportaron como si tú en persona lo hubieras visto o se lo hubieses oído referir a alguno de ellos. Mas, ea, pasa a otro asunto y canta como estaba dispuesto el caballo de madera construido por Epeo con la ayuda de Atenea; máquina engañosa que el divinal Odiseo llevó a la acrópolis, después de llenarla con los guerreros que arruinaron a Troya. Si esto lo cuentas como se debe, yo diré a todos los hombres que una deidad benévola te concedió el divino canto.


Así habló y el aedo, movido por divinal impulso, entonó un canto cuyo comienzo era que los argivos diéronse a la mar en sus naves de muchos bancos, después de haber incendiado el campamento, mientras algunos ya se hallaban con el celebérrimo Odiseo en el ágora de los teucros, ocultos por el caballo que éstos mismos llevaron arrastrando hasta la acrópolis.
El caballo estaba en pie, y los teucros, sentados a su alrededor, decían muy confusas razones y vacilaban en la elección de uno de estos tres pareceres; hender el vacío leño con el cruel bronce, subirlo a una altura y despeñarlo, o dejar el gran simulacro como ofrenda propiciatoria a los dioses; esta última resolución debía prevalecer, porque era fatal que la ciudad se arruinase cuando tuviera dentro aquel enorme caballo de madera donde estaban los más valientes argivos, que causaron a los teucros el estrago y la muerte.

Cantó cómo los aqueos, saliendo del caballo y dejando la hueca emboscada, asolaron la ciudad; cantó asimismo cómo, dispersos unos por un lado y otros por otro, iban devastando la excelsa urbe, mientras que Odiseo, cual si fuese Ares, tomaba el camino de la casa de Deífobo, juntamente con el deiforme Menelao. Y refirió cómo aquél había osado sostener un terrible combate, del cual alcanzó Victoria por el favor de la magnánima Atenea.
La Odisea, Libro VIII

jueves, 21 de mayo de 2009

martes, 28 de abril de 2009

HouseWork: Prehistoric






Descripción de Venus de Willendorf


La figura de esta mujer desnuda, de 11,1 centímetros de alto y 15 centímetros de ancho y regordeta, fue esculpida en piedra caliza monolítica, que no es local en la región, y pintada con ocre rojo.

Parece ser una representación convencional, no realista, ya que su abdomen, vulva, nalgas y mamas son extremadamente voluminosos (esteatopigia), de donde muchos estudiosos han deducido una fuerte relación con el concepto de la fertilidad.

Los brazos, muy frágiles y casi imperceptibles, se doblan sobre los senos; y no tiene una cara visible, estando su cabeza cubierta de lo que pueden ser trenzas, un tipo de peinado o una capucha.

Aunque las piernas son anatómicamente muy acertadas, los pies no han sido representados (o se han perdido), terminando la escultura a la altura de los tobillos.


Hachas de Piedra

La alfarería

Alfarería neolítica.

Un descubrimiento de capital importancia para la vida del hombre, y que tuvo un desarrollo muy rápido, es la alfarería. Permitió la construcción de recipientes para líquidos y facilitó enormemente la vida del hombre, que ya no necesitaba estar permanentemente en las cercanías del agua, o realizar a menudo largos recorridos para abastecerse, pues almacenaba el agua, y también granos, semillas, productos molidos, etcétera, en los recipientes de alfarería. Solo necesitaba desplazarse periódicamente para renovar el abastecimiento de la cantidad consumida desde el suministro anterior.

Antes se usaban calabazas vacías (que podían contener agua pero no podían ponerse al fuego) y cestos de mimbre (que no podían contener agua). Posteriormente estos recipientes de mimbre se impermeabilizaron con la arcilla seca al sol o cocida al fuego. Más tarde aprendieron a dar la forma a la arcilla con un esqueleto de mimbre muy simple y luego sin esqueleto. La forma era a menudo de calabaza y las dimensiones parecidas al cesto de mimbre.

Los cazadores usaban en raras ocasiones las piezas de arcilla (por ejemplo, no servían como carcaj por su fragilidad), prefiriendo las de mimbre o de tejidos. En cambio, a los ganaderos y agricultores les proporcionaba seguridad en el almacenamiento de agua y otros productos lo cual, junto con los medios de conservación de la carne, les hacía menos dependientes de la caza diaria.

En esta época se difunde el uso de las piezas de alfarería, cuya utilización en la Península Ibérica es segura, existiendo restos del Neolítico medio.

Aparecida la alfarería, el hombre intenta decorarla. Hay indicios de que las primeras decoraciones se hacían con cuerdas, utilizadas a menudo de refuerzo, pero después se introdujeron otras variantes: la acanaladura, el cordón (línea en relieve a modo de cuerda, ligeramente debajo del borde) y las asas de diversos tipos.

La cerámica de la época inicial (hacia el 4000 a. C.) es de la llamada «cardial», con incisiones de diversos tipos en la arcilla blanda pero ya moldeada, hechas con los dedos o con punzones o espátulas de hueso o piedra pulida. Recibe el nombre de cardial por estar producidas la mayoría de las incisiones con la concha de un molusco llamado Cardium edule (berberecho). Las incisiones, a menudo combinadas, buscaban efectos simétricos.

Dolmenes

Un dolmen, que en bretón quiere decir mesa grande de piedra, es una construcción megalítica consistente en dos losas (ortostatos) hincadas en la tierra en posición vertical y una losa de cubierta apoyada sobre ellas en posición horizontal; todo ello cubierto con tierra, formando un túmulo.

Estas estructuras se dan en Europa Occidental, sobre todo en la franja atlántica, y fueron construidas durante el Neolítico y el Calcolítico. Su función atribuída suele ser la de sepulcro colectivo, pero también se cree que puede ser una forma de reclamar un territorio, dada la poca entidad de los poblados neolíticos.

Arpon de la prehistoria

En sus orígenes los arpones eran generalmente un hueso largo y estrecho con extremo en punta. Sus bordes están dentados para evitar que el arpón saliera de su presa cuando estaba clavado. Fue el primer útil inventado por el hombre prehistórico para la pesca (antes que las redes), aunque se cree que también se pudieron utilizar como rascadores y peines. Ya que la pesca se trataba del modo alimenticio más completo en la prehistoria, la producción de arpones a base de huesos era una de las numerosas labores a las que se dedicaban los prehistóricos.

Los tipos de arpones se pueden distinguir según las hileras de dientes que tengan, entre una hilera con dientes muy o poco marcados o dos hileras con dientes muy marcados.

Stonegehe


Stonehenge está conformado por grandes bloques de piedra distribuidos en cuatro circunferencias concéntricas; la exterior, de treinta metros de diámetro, está formada por grandes piedras rectangulares de arenisca que, originalmente, estaban coronadas por dinteles, también de piedra, quedando hoy en día sólo siete en su sitio. Dentro de esta hilera exterior se encuentra otro círculo de bloques más pequeños de arenisca azulada. Éste encierra una estructura con forma herradura construida por piedras de arenisca del mismo color, en su interior permanece una losa de arenisca micácea conocida como «el Altar».

Todo el conjunto está rodeado por un foso circular que mide 104 m de diámetro. Dentro de este espacio se alza un bancal en el que aparecen 56 fosas conocidas como los «agujeros de Aubrey». El bancal y el foso están cortados por «la Avenida», un camino procesional de 23 metros de ancho y tres kilómetros de longitud, aproximadamente. Cerca se halla la «Piedra del Sacrificio». En frente se encuentra la «Piedra Talón». Está compuesto de un gran círculo de grandes megalitos cuya construcción se fecha hacia el 2500 a. C.[1] El círculo de arena que rodea los megalitos está considerado la parte más antigua del monumento, habiendo sido datada sobre el 3100 a. C.

Ubicación de Stonehenge.

En su comienzo era un monumento circular de carácter ritual rodeado por un talud y un foso, de modo similar a muchos otros situados en el sur de Inglaterra.

Finalmente el monumento tomó su aspecto actual, para lo cual transportaron 32 bloques de arenisca desde las montañas de Preseli, al suroeste de Gales y la piedra del «Altar» fue traída desde una región cercana a Milford Haven.



jueves, 16 de abril de 2009

Ötzi, El Hombre De Hielo


Ötzi es la momia humana natural más antigua conocida.
Fue un habitante de los Alpes italianos, del 3300 a. C. aproximadamente (en la edad del Cobre europea).
Fue descubierto en 1991 por dos turistas alemanes, a 3200 msnm.

La causa de la momificación del cadáver fue la frialdad extrema y perpetua de la región donde el individuo falleció. Gracias a su descubrimiento se ha obtenido valiosa información sobre el periodo en que vivió.

Su nombre le fue puesto por la región Ötztal (que significa ‘valle de Ötz’), donde fue hallado.

Descubrimiento

Ötzi fue encontrado por dos turistas de Núremberg (Alemania), Helmut y Erika Simon, el 19 de septiembre de 1991. En un principio se pensó que se trataba de un cadáver moderno, como varios otros que se encontraron recientemente en la región. Fue recuperado por las autoridades austríacas y llevado a Innsbruck, donde se descubrió su edad verdadera. Los exámenes siguientes demostraron que el cuerpo había sido localizado a 93 m dentro del territorio italiano. Ahora está expuesto al público en el Museo de Arqueología del Tirol del Sur, en Bolzano (Italia).

Análisis científico

El cuerpo se ha examinado, se ha medido, se ha radiografiado, y se ha fechado extensivamente. Los tejidos finos y el contenido de los órganos fueron examinados mediante el microscopio, al igual que el polen encontrado en sus prendas.


Cuerpo


De acuerdo con las estimaciones actuales, Ötzi medía aproximadamente 159 cm de alto, tenía 46 años, y había pesado unos 50 kg (cuando lo encontraron, pesaba 38 kg). Tenía artritis en sus articulaciones, y padecía de parásitos intestinales.

La presencia en el cuerpo del polen del árbol hophornbeam, que florece en los Alpes entre marzo y junio, indica que Ötzi murió en primavera o principios de verano.[1]

El análisis de los granos del polen, del polvo y la composición isotópica del esmalte de los dientes indican que pasó su niñez cerca de la actual aldea de Velturno (al norte de Bolzano), pero fue más adelante a vivir en valles cerca de 50 kilómetros al norte de dicho lugar. El análisis del grupo de Franco Rollo en la universidad de Camerino ha demostrado que el ADN mitocondrial de Ötzi pertenece al subcluster K1 del grupo haploide mitocondrial K, pero que no se puede ser categorizada en tres ramas modernas debido a que es un subcluster.

El análisis intestinal de Ötzi demostró contener dos comidas recientes (una cerca de ocho horas antes de su muerte): una de carne de gamuza, otra de carne roja de ciervo, ambas consumidas con algún cereal (un salvado procesado del trigo escaña cultivada, consumido posiblemente en forma de pan). Había también algunas semillas de endrino (pequeñas ciruelas, frutos del árbol del endrino) y algunas raíces.

El polen que se encontró en la primera comida demostró que había sido consumido en un bosque de coníferas de altitud media, y otros pólenes indicaron la presencia de trigo y legumbres, que pudieron haber sido cosechas domesticadas. También fueron descubiertos los granos de polen procedentes del salto-hornbeam. El polen se encontró preservado en perfecto estado, incluso con el interior de las células intacto, lo cual indica que era fresco (pocas horas) y estaba recién impregnado en el momento de la muerte de Ötzi. Este hecho añade elementos de estudio nuevos sobre el tema. Es interesante señalar que el trigo del einkorn se cosecha en el verano tardío y los endrinos en el otoño; éstos se deben haber almacenado desde el año anterior.

Los análisis de isótopo del colágeno de su pelo indicaron que Ötzi había sido un vegetariano de por vida (inverosímil, en vista de la comida en sus intestinos, y del traje), o que había obtenido la mayor parte de su proteína de los mariscos (inverosímil también, en vista de los lugares en que había vivido según los análisis del esmalte de dientes).

Debido a los cambios de temperatura derivados del transporte del cuerpo, muchos tejidos de Ötzi se estropearon, lo que dificultó posteriores análisis, e imposibilitó el conocimiento sobre estos tejidos.

Primeros auxilios

Parece ser que trató de curar el corte de su mano usando musgo, tal como indicarían los restos hallados en el cuerpo. Es posible que conociese las propiedades coagulantes de cierto musgo de pantano y se lo aplicase sobre la herida y posteriormente, al comer, parte de ese musgo llegó al aparato digestivo. Puede ser un elemento a considerar el que tuviese rudimentarios conocimientos de las propiedades de alguna planta.

Tatuajes

El cuerpo presenta una serie de tatuajes en la muñeca izquierda, dos en la zona lumbar de la espalda, cinco en la pierna derecha y dos en la izquierda. Se trata de grupitos de tres o cuatro rayas paralelas que no forman un dibujo reconocible.

Ropa y zapatos


Las ropas de Ötzi, incluyendo una capa, un chaleco y zapatos tejidos de cuero, eran muy sofisticadas. Los zapatos eran impermeables, diseñados aparentemente para caminar a través de la nieve; fueron construidos usando piel de oso para las plantas del pie, piel de ciervo oculta los paneles superiores, y una red hecha de corteza de árbol. La hierba suave rodeaba el pie y el zapato y funcionaba como un calcetín.

Los zapatos han sido reproducidos por los expertos actualmente y hay planes para la producción comercial. Sin embargo, una teoría más reciente dice que los “zapatos” de Ötzi eran realmente la parte superior de raquetas. Según esta teoría, el artículo interpretado actualmente como parte del calzado es realmente el marco y la red de madera de una raqueta.

Demás equipo


Otros artículos encontrados con el "hombre de hielo" eran:

  • un hacha de cobre y pedernal con una manija de tejo
  • un cuchillo de pedernal con mango de fresno
  • una aljaba llena de flechas con los ejes de viburno
  • puntas de pedernal
  • un arco inacabado que era más alto que él

Entre las posesiones se Ötzi había dos especies de setas u hongos. Uno de éstos (el hongo del abedul) se sabe tiene características antibacterianas, y fue utilizado probablemente para propósitos médicos. El otro era un tipo de hongo de yesca (para producir fuego), incluido con parte de lo que parecía ser un equipo complejo. El equipo contiene pedazos de diversas plantas, cerca de una docena, además del pedernal y de la pirita para crear chispas.

¿Un crimen antiguo?


Una exploración de TAC reveló que Ötzi tenía lo qué parecía ser una punta de flecha alojada en el pulmón izquierdo cuando murió, junto a un rasgón pequeño en su capa. El tallo de la flecha había sido quitado, por sí mismo o por un compañero. También tenía cortes en el pecho y en la mano y la muñeca derecha, y contusiones. Rastros revelados del análisis del ADN de la sangre que había en los objetos que lo rodeaban demostraron la presencia de otras cuatro personas:

  • sangre de una persona en su capa.
  • sangre de otra persona en su cuchillo (lo que indicaría que hirió a una persona a cuchillazos),
  • dos de la misma punta de la flecha (que indicaría que hirió a dos personas distintas a flechazos y extrajo cada vez la valiosa flecha, sin que se saliera la punta de flecha, lo que indica que su tecnología era superior a la de sus atacantes, ya que él recibió un flechazo en homoplato izquierdo que le alcanzó el pulmón, y al extraerla, quedó la punta de la flecha en su interior).
Se confirmó entonces que Otzi fue asesinado, sufriendo una muerte lenta y agónica seguramente por asfixia y/o desangramiento.

Otras teorías


Antes de la última evidencia se especuló que Ötzi había sido víctima de un sacrificio ritual, quizás se trataba de un cacique. Esta explicación se pudo haber inspirado en las teorías avanzadas previamente para los cuerpos del primer milenio a. C. recuperados de los pantanos de la tumba, tales como el hombre de Tollund y el hombre de Lindow.

Una de las teorías más imaginativas era que Ötzi era un egipcio que había sido castrado ritualmente. Un último examen, sin embargo, reveló que, aunque contraído por la momificación, Ötzi de hecho poseyó un pene.

También se presume que Ötzi pudo ser la víctima de una tormenta causada por la oscilación de Priora, al enfriarse repentinamente el ambiente de la Tierra, según lo indicado por la oleada del glaciar próximo de Priora.

La flecha con sangre de dos personas distintas parece indicar que Ötzi tenía preferencia por ese proyectil, y una acción inicial exitosa, o una agresión o una defensa con retirada de los agresores, que permitió la doble recuperacion del proyectil. Hay que descartar la idea de que Ötzi fuera un cazador solitario, la caza siempre se realiza en partidas. Aunque Ötzi pudo perderse de su partida, o ser abandonado por ella.

Otras momias congeladas


En 2004, se encontraron los cuerpos congelados de tres soldados austrohúngaros muertos durante la batalla de San Matteo (en 1918). Un cuerpo fue enviado a un museo con la esperanza de que la investigación sobre cómo el ambiente afectó su preservación ayude a descubrir algo más sobre Ötzi.

En EE. UU., el primer "hombre de hielo" fue descubierto en 1999 en el glaciar de Samuel. Lo nombraron ínchi de los Ts de Kwäday Dän' (la persona encontró hace tiempo; de forma abreviada: KDT) por las primeras tribus locales de la nación. No es tan antiguo como Ötzi: murió hace aproximadamente 550 años.

"La maldición del hombre de hielo"


Algunos periodistas han analizado las muertes de varias personas relacionadas con el descubrimiento de la momia, incluyendo su descubridor Helmut Simon, y han intentado relacionarlos con una presunta maldición de Ötzi similar a la maldición de la momia de Tutankhamon.

Mucha gente ha desmentido la teoría argumentando que todos murieron por distintas causas, y que los alpinistas se arriesgan y mueren a menudo por causas accidentales. Asimismo, se ha observado que muchos investigadores y científicos que han trabajado de cerca con el cuerpo de Öetzi no han muerto en los años transcurridos desde su descubrimiento en 1991. El periódico londinense The Guardian comentó al respecto para explicar el legado de la maldición: «Como todas las buenas teorías de la maldición, muerte natural, accidental y mala suerte se han reunido en una sola hipótesis siniestra»